PRINCIPIOS
lunes, 25 de agosto de 2014
Escucha las señales
Escucha la Sabiduría de tu cuerpo que se expresa a través de
las señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas una
conducta determinada, pregúntale a tu cuerpo: "¿Cómo te
sientes acerca de ésto?". Si te contesta con señales de
malestar ¡cuidado! Si te responde con alegría y comodidad
¡Adelante!
Vive en el momento presente, es el único que tienes. Pon tu
atención en lo que es y contempla su plenitud a cada instante.
Ten una aceptación psicológica total y absoluta, que este
momento es como debe ser. ¿Cómo podría ser de otra manera?
Este momento es como es, porque el Universo es como es.
No luches contra el universo.
Tómate un tiempo para estar silencio y acallar el diálogo interno.
Guíate por tu intuición y no por interpretaciones impuestas
externamente de lo que es bueno y de lo que no es.
Renuncia a tu necesidad de aprobación y aceptación.
Esta decisión nos da una gran libertad.
Cuando reacciones con enojo o con violencia ante una persona, una situación o una circunstancia, reconoce que luchas contra ti mismo. No seas tan duro contigo.
Cuando reacciones con demasiada intensidad hacia alguien, ya sea en amor o en odio, reconoce que esa persona es un reflejo de tu ser. Utiliza la relación como espejo para guiar tu evolución espiritual.
Suelta la carga del juicio y te sentirás mucho más ligero.
No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea a través de la comida, la bebida o las emociones tóxicas.
Reemplaza tu comportamiento motivado por miedo, por
comportamiento motivado por Amor.
Comprende que el mundo físico refleja el proceso de nuestra
propia conciencia. Es importante limpiar el medio ambiente
de desechos tóxicos y de la basura que contamina nuestra
Tierra, sus ríos y sus océanos; pero, es mucho más importante
limpiar las ideas tóxicas que contaminan la mente humana.
fuente : DEEPAK CHOPRA
¿Porque la gente no sana?
¿POR QUÉ LA GENTE NO SANA?
Un medico intuitivo tuvo una perspectiva única sobre
por qué
las personas no se curan. Él solía pensar que todo el mundo
quería ser
sanado. Y llegó a la conclusión de que "La sanación
es muy poco
atractiva"
Los impedimentos para la curación incluyen renunciar a
vivir
en el pasado, dejar de ser víctima, y el miedo al cambio.
Dirigir el
pensamiento y la energía hacia el pasado desvía la
fuerza vital de las células
y los órganos que necesitan esa
energía para funcionar y sanar.
La curación requiere vivir en el presente, recuperando
la energía
de los traumas y heridas del pasado. Dice que la única razón
para
alimentar y mantener vivo el pasado es a causa de la
amargura de lo que pasó.
Negarse a perdonar un evento o a una persona del pasado
produce fugas energéticas del cuerpo. El perdón sana estas
filtraciones. El
perdón no tiene nada que ver con no
responsabilizar a otros por las heridas que
causaron.
Tiene más que ver con "liberarnos de la percepción
de víctima".
Cuando podemos ver un acto doloroso como parte del
proceso
de la vida, como un mensaje o un desafío en lugar de una traición
personal, la energía vital fluye de vuelta a los circuitos de energía del
cuerpo físico.
Las personas no se curan porque no se han liberado de
la ilusión de ser víctima. Con demasiada frecuencia, la gente obtiene poder con
sus heridas porque han encontrado que suscita el apoyo de otros.
Las heridas se convierten en un medio de manipular y
controlar a los demás.
Generalmente, la recuperación requiere hacer cambios en
el
estilo de vida, medio ambiente, y relaciones. El cambio puede
ser aterrador.
Es fácil mantenerse en un compás de espera, alegando
que
uno no sabe qué hacer, pero rara vez es cierto. Cuando
estamos en un compás
de espera, es porque sabemos
exactamente lo que debemos hacer, pero estamos
aterrorizados
para actuar en consecuencia...
El cambio es alarmante, y la espera da sensación de
seguridad,
cuando la única manera de adquirir ese sentimiento de
seguridad es
entrar en el torbellino de los cambios y salir por
otro lado, sentirse vivo
otra vez.
La sanación requiere acción.
Comer adecuadamente, hacer ejercicio diario, tomar el
medicamento adecuado a través de las hierbas naturales,
genera cambios
saludables en el físico.
Soltar el pasado, dejar puestos de trabajo estresantes
o
relaciones inadecuadas, son acciones que sostienen la energía
del cuerpo.
Lo que apoya al uno apoya al otro, porque la energía
física
y energética están inextricablemente unidas.
Incluso el proceso de morir, al que todos nos
enfrentamos,
puede convertirse en un acto de sanación de viejas heridas
que son
liberadas resolviendo asuntos pendientes con los
seres queridos.
En definitiva: El cambio viene de aprender a amar toda
situación en todo momento, aprender a fluir, ser amor en acción.
sábado, 2 de agosto de 2014
Eres el camino y la Meta
No persigas
ninguna meta
Vivir en el Gran Camino no es ni fácil ni difícil,
pero aquellos que tienen una visión limitada
son miedosos e indecisos: cuanto más se apresuran, más lentos van,
y el apego no tiene límites; estar apegado, aunque sea a la idea de la iluminación,
es desviarse. Deja que las cosas sean a su manera
y no habrá ni ir ni venir.
Obedece a la naturaleza de las cosas (tu propia naturaleza)
y andarás libre y tranquilo.
Cuando el pensamiento está cautivo, la verdad se oculta,
pues todo es oscuro y confuso, y la gravosa práctica de juzgar
trae consigo irritación y hastío.
¿Qué beneficio se puede sacar de las distinciones y las separaciones?
Si deseas ir por el Camino único, no desprecies ni siquiera el mundo
de los sentidos y las ideas.
En realidad, aceptarlo plenamente es idéntico a la verdadera Iluminación.
El hombre sabio no persigue ninguna meta, pero el tonto se encadena a sí mismo.
Hay un Dharma, una verdad, una ley, no varias; las distinciones surgen
por las tenaces necesidades del ignorante.
Buscar la Mente con la mente discriminatoria es el mayor de los errores.
Eres el
camino y la meta
El entendimiento en sí mismo es la verdad. Decir que a
través del entendimiento se
alcanza la verdad no es cierto, porque no hay otra
verdad que el propio entendimiento…
Entiendes..., entonces te has convertido en
la verdad. La verdad no está en algún
lugar esperándote: se revela a través de
tu entendimiento, se revela dentro de ti.
Siempre que haya una meta, el camino hacia ella podrá ser
fácil o difícil. Pero la verdad
no es una meta; ¿así que cómo va a ser fácil o
difícil? Hay gente que afirma que la
verdad es muy difícil y otros sostienen
que es fácil. Ambas posturas son incorrectas y nacen
en la mente: ¿es difícil?,
entonces la mente puede encontrar técnicas, caminos y medios,
para hacerla
fácil…Pero ¿hay acaso una meta? Este es el quid de la cuestión. Si hay una
meta, en algún lugar, en la lejanía, entonces hay posibilidad de hacer caminos,
medios,
vehículos... más fáciles. Sin embargo, no hay una meta, así que ¿cómo
va a ser fácil o
difícil? Y si no hay una meta, ¿cómo va a haber un camino? Y
si no lo hay, ¿cómo va
a haber métodos y técnicas para llegar a ella?
¡Imposible!
“Vivir en el Gran Camino no es ni fácil ni difícil...”
Entonces ¿qué es este Gran Camino?
Es tu naturaleza; ¡tú ya eres eso! Es por
eso que no es una meta. No es algo que esté
en el futuro. No se necesita tiempo
para que ocurra. Tú siempre has estado en él; ya es.
Ya estás en la meta, tú
existes en la meta. No puedes existir fuera de ella, no hay
posibilidad de
salirte de ahí. Donde sea que vayas tu Tao irá contigo. Es tu naturaleza
intrínseca. No es prescindible, no puedes ponerla a un lado y olvidarla. Ya
estás ahí
porque ese “ahí” es aquí. No necesitas mirar al futuro: simplemente
estate aquí y lo
encontrarás. Si lo buscas, no lo encuentras. No busques, sólo
sé… y ahí está. Y te reirás,
porque siempre ha estado ahí; era sólo debido a tu
búsqueda que no te dabas cuenta,
que al tener tanta prisa no podías verlo
dentro de ti.
Eres el camino y la meta; no hay ninguna distancia entre tú
y la meta. Eres el buscador y lo
buscado; no hay ninguna distancia entre el
buscador y lo buscado. Eres el discípulo y el
maestro, el medio y el fin. Este
es el Gran Camino. Ha estado siempre a tu alcance. En este
mismo instante estás
en él, sólo que al estar dormido no puedes verlo. Y entonces te pones
a buscar.
Está justo delante de tus ojos. Pero en tus ojos no hay claridad: están llenos
de
opiniones, distinciones, palabras y teorías. Por eso tu visión es borrosa…
Lo que sea que
estés buscando está justo delante de ti.
Los hindúes emplean el método de mirarse la punta de la
nariz, sin hacer ninguna otra cosa.
Quieren mostrar con esto es que está justo
delante de ti. Quédate en silencio, mírate la punta
de la nariz y no te líes
con ningún pensamiento... Y de pronto, ahí está; justo en la punta de
la nariz,
siempre delante de ti. Y la punta de la nariz, vayas donde vayas, está siempre
delante
de ti. Si vas al lugar adecuado, ahí está; si vas a un lugar
equivocado, ahí está. Si eres un
pecador, está delante de ti; si eres un santo,
ahí está, delante de ti. Cualquier cosa que hagas
y ahí está, delante de ti.
La verdad está justo delante de ti. Adonde sea que vayas, va
contigo. No puedes perderla,
así que no es cuestión de encontrarla. Pero nunca
te miras la punta de la nariz, porque
siempre estás mirando otras cosas,
interesado por otras cosas… Cuando alguien empieza
a ver la punta de la nariz
sin hacerlo voluntariamente, cuando haga lo que haga la ve, se
hace consciente
y habrán dejado de tener sentido todos los objetos de deseo. Y morirá a
este
mundo. Tendrá un nuevo nacimiento, porque este mundo y esta vida desaparecerán.
En lo que concierne a su viejo ser, él ya está muerto. Él es un nuevo ser, es
un renacimiento.
Ahora ya no hay un ir y venir.
Se ha realizado; ¿tan sólo mirándose la punta de la nariz?
Sí, porque la cuestión radica en
mirar lo que hay delante y no a los lados.
Porque la verdad está delante de ti, no puede ser
de otra forma. No es ni fácil
ni difícil. No es cuestión de hacer algo. Al hacer, te perderás,
porque te
absorberá el hacer. Y si haces algo, será fácil o difícil. Es cuestión de
no-hacer.
¿Cómo va a ser fácil o difícil el no hacer? El no-hacer está
completamente más allá del mundo
del hacer. ¡Es solamente ser! Ser es
sencillamente ser. Este es el Gran Camino. El único
esfuerzo está en llegar a
conocer y verse la punta de la nariz.
Fuente: Extracto del capítulo 6 de “El Libro de la
Nada”, de Osho,
realizado por Emilio Carrillo.
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