PRINCIPIOS

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sábado, 31 de octubre de 2015

El Silencio



El silencio

Tranquilos, relajados, desde donde podemos sentir nuestras emociones
 sin juzgarlas, sentirnos como en casa... os voy a pedir que solo escuchéis
 esta metáfora que os voy a leer que se llama el silencio:

Tu forma de moverte y tu forma de hablar... están íntimamente relacionadas

 y ambas reflejan la forma en la que vives y te vives... No hay mejor manera 
de conocernos a nosotros mismos... que observar nuestros propios gestos,
 nuestra manera de andar, el tono con el que hablamos, la forma en la que miramos, cómo nos sentamos, nuestro ritmo de respiración...
 ¿hacia dónde diriges la mirada...? ¿cómo te tocas a ti mismo?
 ¿cómo tocas a los demás? ¿dónde sitúas tu centro de gravedad? 
¿cómo hablas? ¿qué volumen y tono de voz usas? 
¿qué palabras utilizas? ¿qué expresiones salen de tu boca?
 ¿Qué frases hechas se te escapan?

Obsérvate y se consciente de estas pequeñas cosas que te pueden dar una
 gran cantidad de información, y si cambias estas variables, cambiarán automáticamente otras cosas en ti..., pero lo que refleja mejor que nada
 tu forma de vivir, son tus silencios, cómo manejas el silencio, o cómo 
respetas el silencio de los demás.

El silencio es un purificador que te permite poner puntos y aparte. 

Que te da la oportunidad de escuchar lo que los otros te dicen. 
Que crea un margen lo suficientemente amplio como para poder reflexionar:
 mirar a la luna o a las estrellas en silencio, mirar el sol poniéndose por el horizonte en silencio, ver las olas del mar estrellándose contra las rocas en silencio, recoger la sonrisa de un ser querido en silencio.

Las conveniencias sociales superan el silencio. Está mal visto estar en silencio delante de otras personas. En el ascensor nos ponemos nerviosos porque

 se espera que digamos algo: parece que va a llover, si estamos en silencio enseguida alguien nos dirá: ¿en qué piensas?...

Le decimos al niño que se calle y al mismo tiempo le impedimos estar

 en silencio.

El silencio es la llave que abre nuestra puerta interior y nos permite mirar
 dentro de nosotros mismos. Estar en silencio no es estar callados, no es
 no hablar. Estar en silencio es acallar nuestro diálogo mental, crear un
 espacio a la conciencia propia, dejar de hacer juicios de valor.
 Es escuchar nuestros sentimientos....Estar en silencio es estar callado 
por dentro, dejar que la fuerza de cada instante, penetre hasta lo mas 
profundo de nosotros mismos.

Estar en silencio es vivir la realidad, establecer contacto con lo que

 entra por nuestros sentidos. Estar en silencio es hacer que las palabras
adquieran su verdadera función de comunicación. 

El silencio nos hace crecer y madurar porque podemos estar en

silencio aunque estemos hablando.

Seguir respirando en silencio, permitiros este silencio.



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