Reiki para niños

Hay muchas personas que creen que Reiki es sólo para adultos. Sin embargo, el hecho es que el Reiki es para todos: niños, niños, adolescentes, jóvenes, adultos mayores, las plantas, los animales y casi todo ser viviente.

Comenzaremos describiendo sobre Reiki y bebés

Reiki puede ayudar a estos pequeños pacientes a conseguir la relajación para estar mejor

también puede ayudar a aliviar los bebés que tienen problemas de cólicos

 Es preferible hacer Reiki en el área donde el bebé parece presentar dolor o molestia… de no saberlo… ponemos nuestras manos sobre su centro cardiaco o solar y la Energia se distribuye y va hacia el lugar donde sea necesario equilibrar.

También es posible inducir la energía en manta de bebé, una almohada o juguete y estos canalizar energía para el bebé durante el sueño.

Reiki para los niños pequeños y los niños que van a la escuela puede ayudar en la toma de su memoria fuerte y concentrado.Gracias a su inocencia, los niños están libres de los prejuicios que tanto atan a la mayoría de los adultos. De este modo la energía Reiki fluye hacia ellos sin impedimentos, naturalmente, sin los bloqueos causados por temores o convicciones rígidas de cualquier tipo.

Los niños suelen obtener mejores efectos de Reiki en su cuerpo

Con sólo 10 minutos al día para ellos suele ser sufuciente Se convertirán seres en menos hiperactivo y su energía se controla de una forma mejor

Dejarlos expresarse, hablar, cantar o dibujar mientras se les transmite Reiki es saludable…

 

En los adolescentes ayuda a manejar el estrés del cuerpo y la mente.

Reiki puede ayudar a equilibrar la energía y calmar las emociones atrapadas en la depresión o estado de ansiedad. Ayuda a equilibrar los cambios hormonales…

¿Cómo actúa el Reiki en los niños?

• Libera tensiones y relaja profundamente.
  
  
  
• Actúa directamente a nivel físico sobre el funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso en general (de la misma forma que actúa sobre cualquier otro sistema físico).
• Permite desprogramar o borrar todas aquellas creencias que el niño lleva interiorizadas y que le pueden estar perjudicando (yo soy tonto, soy incapaz de entender las matemáticas, todo lo hago mal...),y sustituirlas por otras más adecuadas y positivas.