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"En mi intento de escribir en pocas palabras
este ensayo sobre el arte de la curación, trataré de ser más práctica que
técnica, porque lo que voy a describir no está asociado con ningún ser
material ni visible, no tiene forma ni nombre.
Creo en la existencia de un Ser Supremo, el Infinito Absoluto, una fuerza
dinámica que gobierna el mundo y el universo. Es un poder espiritual
invisible que vibra. Hace que el resto de las fuerzas se tornen
insignificantes a su lado y por ello es Absoluto.
Este poder es insondable, inmensurable, y siendo una fuerza de vida
universal, es incomprensible para el hombre. Sin embargo, todos y cada uno de
los seres vivos recibimos sus beneficios a diario, tanto estando despiertos
como dormidos.
Diferentes profesores y maestros lo llaman el Gran Espíritu, la Fuerza de
Vida Universal, o la Energía de la Vida, porque cuando se aplica vitaliza el
sistema entero, también le llaman Ola de Éter, porque alivia el dolor y nos
hace entrar en un estado de
profundo sopor como si estuviéramos bajo los efectos de una anestesia o bien
Onda Cósmica, porque irradia sensaciones de regocijo y nos eleva a un estado
de armonía.
Yo lo llamaré "Reiki", porque lo estudié bajo esa denominación.
Reiki son ondas que se trasmiten de manera semejante a las ondas de radio. Se
puede aplicar con éxito tanto localmente como a distancia, como la onda
corta.
Reiki no es electricidad, ni radio, ni rayos X. Puede penetrar capas finas de
seda, hilo, porcelana, plomo, madera o acero, porque viene del Gran Espíritu,
del Infinito.
No destruye tejidos delicados ni nervios, es absolutamente inocuo y por ello
un tratamiento práctico y seguro. Debido a que es una emisión universal, este
tratamiento beneficia a todo ser vivo, aves, animales, como así también a los
seres humanos, ya sean niños o ancianos, pobres o ricos.
Se debe aplicar y utilizar diariamente de forma preventiva. Dios nos dio este
cuerpo, un lugar donde vivir y el pan de cada día.
Fuimos puestos en este mundo con algún propósito y por ello debemos estar
sanos y ser felices.
Es el plan de Dios y El nos proporciona todo lo que necesitamos. Nos dio las
manos para que las aplicáramos y curamos, para que conservemos la salud
física y el equilibrio mental, para que nos liberemos de la ignorancia y
vivamos en un mundo iluminado, para que vivamos en armonía con nosotros
mismos y con los demás, para que amemos a todos los seres.
Si aplicamos estas reglas diariamente, nuestro cuerpo responderá y todo lo
que queramos y deseemos conseguir en este mundo estará a nuestro alcance.
Salud, felicidad, y el camino hacia la longevidad que todos buscamos. Esto es
lo que yo llamo perfección.
Al ser una fuerza universal que proviene del Gran Espíritu Divino pertenece a
todos aquellos que buscan y desean aprender el arte de la curación.
Reiki no conoce raza, credo ni edad. El estudiante encontrará su camino
cuando esté preparado para aceptarlo. Le será mostrado. La iniciación es una
ceremonia sagrada en la que se establece el contacto. Dado que tratamos con
el Espíritu Divino no cabe el error ni debemos dudar. ¡Es absoluto!
Una vez establecido el primer contacto o iniciación, las manos irradian
vibraciones al ponerse sobre la zona enferma, aliviando el dolor y deteniendo
el sangrado de una herida abierta. Tus manos están listas y preparadas para
curar enfermedades agudas y crónicas - los seres humanos - las plantas - las
aves - los animales.
En los casos agudos sólo son necesarios unos minutos de aplicación. En los
casos crónicos el primer paso es encontrar la causa y sus efectos.
No es necesario que el paciente se desvista completamente, pero es mejor
aflojar cualquier prenda apretada para que pueda relajarse. Tumbado boca
arriba en la camilla. Lo más importante es encontrar la causa de la
enfermedad.
Comienza el tratamiento por los ojos, senos frontales y nasales, glándulas
pituitarias. Sigue con las orejas, la garganta, la tiroides, el timo. Después
trata el estómago, la vesícula biliar y el hígado, el páncreas y el plexo
solar, el intestino delgado y el grueso. Luego la flexura sigmoidea, los ovarios,
la vejiga, el pecho y el corazón.
Haz que el paciente se vuelva y trata la espalda, los pulmones, los nervios
simpáticos, los riñones, el bazo y la próstata. Durante el tratamiento confía
en tus manos. Escucha las vibraciones o la reacción. Si al paciente le duele
algo, sentirás dolor en la punta de los dedos y en la palma de las manos. Lo
mismo sucederá si el paciente tiene picor. Si el dolor es hondo y crónico, tú
notarás latidos sordos, y si el dolor es agudo notarás palmaditas superficiales.
Tan pronto como el cuerpo responde al tratamiento, desaparece el malestar
agudo, pero la causa permanece. Investiga esa causa diariamente y con cada
tratamiento verás mejoría. Después de haber tratado los órganos de esta
forma, yo termino el tratamiento con unos masajes rápidos de los nervios que
regulan la circulación. Pongo unas gotas de aceite de sésamo o de cualquier
aceite vegetal puro, coloco los dedos pulgar e índice sobre el lado izquierdo
y los tres dedos restantes con la palma apoyados sobre el lado derecho de la
columna vertebral, y doy masajes descendentes (de 10 a 15 toques), hacia el
extremo inferior de la columna vertebral. Sólo en los casos de diabetes los
toques son a la inversa. El masaje de los brazos y las piernas se
realiza en dirección al corazón.
El tratamiento explicado anteriormente se llama tratamiento básico y dura una
hora o más, según las complicaciones y gravedad del caso.
Al tratar todo el cuerpo en detalle, las manos se vuelven sensibles y pueden
llegar a determinar la causa de la enfermedad, así como detectar la más
ligera congestión interna, ya sea física o mental, aguda o crónica. Reiki es
un tratamiento estrictamente incruento y sin medicación que hará que el
cuerpo vuelva a la normalidad.
En un período de cuatro días a tres semanas vemos grandes cambios en el
cuerpo, todos los órganos internos y las glándulas comienzan a funcionar con
mayor vigor y ritmo. Los jugos gástricos empiezan a fluir de forma normal,
los nervios congestionados
se relajan, desaparecen las adherencias, el colon se activa, la materia fecal
cae de las paredes intestinales y se expulsan gases.
Las toxinas acumuladas durante años se eliminan a través de los poros
produciéndose una transpiración pegajosa. Aumentan las deposiciones, que son
oscuras y con un olor fuerte. La diuresis también aumenta, la orina es oscura
como el té cargado y otras veces se torna blanca como harina batida en agua.
Esto suele durar de cuatro a seis días. Sin embargo, he tenido pacientes que
reaccionaron con un solo tratamiento.
Cuando esto ocurra, comprobarás que se está produciendo una rehabilitación
general de los órganos intestinales. Tras esta depuración tan completa, el
cuerpo se activa, los nervios entumecidos recuperan el sentido del tacto,
aumenta el apetito, el sueño
profundo se hace natural, los ojos chispean y la piel resplandece como la
seda.
Al renovarse la sangre y la circulación y restablecerse los nervios y las
glándulas, se puede rejuvenecer de cinco a diez años. En este momento es muy
importante lo que comes. Durante los tratamientos de salud de Reiki somos
vegetarianos y comemos todo
tipo de frutas de la estación.
La naturaleza nos provee con abundancia, pero no para que lo derrochemos.
Comer en exceso es un pecado. Comed con moderación, y con un sentimiento de
gratitud para reconocer el Gran Espíritu que es el creador, el Todopoderoso
que hace que las cosas crezcan, florezcan y den frutos. Sentaos a la mesa con
pensamientos agradables. No comáis nunca cuando estéis preocupados. Se debe
evitar la leche, el azúcar blanco y las féculas si el paciente tiene el
estomago delicado. Con la alimentación adecuada el paciente responde con más
rapidez a los tratamientos."
Tomad del libro "Reiki", un recuerdo y homenaje a Takata
Sensei.
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