“Namaste”, acompañado por un gesto tal como un cálido abrazo o una reverencia respetuosa es reconocimiento de la profundidad y de la unidad del espíritu que envuelve todo.
Namaste no significa Buenos Días, Buenas Tardes o Buenas Noches. No es Hola o Adiós, es mucho más que eso. Es un reconocimiento total y completo del espíritu que mora en el interior el que se expresa internamente y sin forma.
Namaste es tan profundo como el manantial más profundo y tan dorado como la luz del sol, pero muchos lo consideran pasado de moda y en consecuencia ha dejado de ser una cortesía.
Reducido de rango, ha sido reemplazado por saludos más comunes y superficiales, tales como aquellos que reconocen lo que uno mismo ha estado haciendo últimamente, en lugar de ser simplemente la palabra viva de Todo Lo Que Es.
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